El debate sobre si los guardias de seguridad en establecimientos comerciales pueden exigir la boleta de compra al cliente al salir ha tomado relevancia.
El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) señala que esta exigencia puede generar estrés, malos tratos o discriminaciones arbitrarias, dejando la decisión en manos del guardia. Aunque las empresas tienen derecho a medidas de seguridad, deben respetar la dignidad y derechos de las personas.
Desde el punto de vista legal, el cliente puede negarse a mostrar la boleta, ya que al pagar se convierte en propietario de los productos, y nadie tiene la facultad sin justa causa de inspeccionar sus compras. Si se enfrenta a acusaciones injustificadas, el Sernac sugiere exigir la presencia de la autoridad para determinar la validez del delito imputado.
En caso de maltrato, discriminación o acusaciones falsas, las empresas pueden enfrentar multas de hasta 300 UTM (aproximadamente $19 millones) por cada infracción, además de compensaciones determinadas por el tribunal a favor del consumidor afectado. En resumen, la situación plantea un dilema legal en el que los consumidores tienen derechos para protegerse contra posibles abusos por parte de los establecimientos comerciales. La Ley del Consumidor en su artículo 3° establece que los consumidores tienen derecho a no ser discriminados arbitrariamente por las empresas, ya sea por sexo, raza, condición social, edad, por poseer alguna discapacidad o por aspecto físico, entre otros aspectos.